En el Desarrollo Personal a veces nos encontramos afirmaciones sorprendendes, paradójicas, incluso algunas directamente que parecen leyendas urbanas.
Son nuestros Monstruos del Lago Ness.
Alguien… alguna vez… lo ha visto… según dicen. Pero, ¿realmente existe?
Nessie
Por supuesto en el mundo del Desarrollo Personal, como en cualquier otra área, existen mucha mentiras, pseudociencias y magufadas varias. Aunque existen muchas patrañas que son directamente falsas, no es el objetivo de este artículo desmontar magufadas.
Hoy vamos a hablar de tres mitos que tienen un núcleo de verdad.
Volviendo a nuestra amiga Nessie, un paleontólogo afirma que la explicación más probable para la foto arriba mencionada, y otros avistamientos similares, es que Nessie era un elefante de circo bañándose. Al parecer los circos ambulantes acampaban en los alrededores del Lago Ness y los elefantes tenían la oportunidad de bañarse en el río.
Así pues, podemos remontarnos a los orígenes de algunos mitos para ver qué hay de verdadero y qué de falso en ellos.
Quién sabe, igual el origen real de alguno de estos mitos sí que nos pueda servir de forma práctica para nuestro desarrollo personal.
Mito #1 – Sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro
El mito afirma que las personas únicamente utilizamos un pequeño porcentaje de nuestro cerebro, según las versiones varía entre el 5%, el 10% o el 20%.
Tus neuronas currando al 10%
El mito del 10% del cerebro tiene probablemente su origen en el trabajo del psicólogo William James que proponía que las personas sólo alcanzamos una fracción de nuestro potencial mental. Parece ser que el escritor Lowell Thomas partió de esta afirmación y añadió el falso porcentaje en el prólogo del libro Cómo hacer amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie.
Otro origen del mito lo relaciona con que la mayor parte del cerebro está compuesto por células gliales, que son distintas a las neuronas, pero que no están inactivas, forman parte integrante del funcionamiento del cerebro. Durante mucho tiempo se consideró que no influían en la neurotransmisión, hoy se sabe que sí, aunque se desconoce su funcionamiento exacto.
Posteriormente el mito del 10% se hizo famoso y ahora forma parte de la llamada “psicología popular”.
Aunque mucho del funcionamiento del cerebro es aún un misterio, la neurociencia demuestra sin lugar a dudas que este falso porcentaje es un mito. Los escáneres cerebrales revelan que de hecho usamos la práctica totalidad del cerebro, y que la mayor parte del cerebro está activo la mayor parte del tiempo.
¿Qué podemos aprender de la realidad de este mito?
Que normalmente utilicemos todo nuestro cerebro no implica que lo estemos utilizando a su máximo potencial.
Aunque la comparación no es muy precisa, el cerebro es parecido a los músculos. Tú no utilizas parte de tus músculos, los utilizas enteros, pero puedes entrenar tus músculos para que se desarrollen y sean más eficientes.
Puedes optimizar el rendimiento de tu cerebro
Puedes desarrollar tu cerebro. Es posible cambiar tus patrones de pensamiento, modificar tus creencias, en definitiva reprogramar tu mente. Mediante herramientas como la Programación Neurolingüística o la Hipnosis Ericksoniana puedes cambiar tus estructuras mentales subjetivas. Está demostrado científicamente que la meditación puede cambiar la estructura física del cerebro.
Puedes entrenar tu inteligencia. Prácticamente todas las facetas de la inteligencia pueden desarrollarse con un entrenamiento adecuado. Inluso la Inteligencia Fluida, que es la capacidad de reconocer patrones y resolver problemas – la que miden los test psicotécnicos utilizados para calcular el cociente intelectual – también puede desarrollarse. Este tema específico lo trataremos en detalle en futuros artículos de Éxito Personal.
Mito #2 – El 95% de la comunicación es No Verbal
El mito afirma que no importa lo que digas, importa cómo lo digas. La información que se transmite es prácticamente irrelevante, puesto que la subcomunicación cuenta prácticamente 20 veces más.
La verdad es que parece difícil de creer. Con lo evolucionado que está el lenguaje humano, ¿cómo es que la información transmitida es prácticamente superflua? ¿Tendrían sentido el teléfono, los periódicos, el lenguaje escrito? ¿Qué hacemos leyendo artículos de blogs como éste si lo que es el contenido no valiese para nada? No parece tener mucho sentido.
Y sin embargo, de los tres mitos que veremos en este artículo, éste es el que más se corresponde con la realidad.
Pero sólo si tenemos en cuenta un matiz crucial:
Ante un mensaje incongruente acerca de sentimientos o actitudes, confiamos mucho más en la comunicación no verbal que en la comunicación verbal.
La clave aquí es “mensaje incongruente”.
Cuando una persona te transmite verbalmente una información, pero en cambio te subcomunica otra con su lenguaje no verbal (tono de voz, lenguaje corporal…) confiamos mucho más en que el mensaje real es el no verbal.
Imagina un tío grandote que te dice: “tranquilo, no busco problemas” con un tono de voz agresivo mientras te encara mirándote fíjamente a los ojos con los brazos en jarras. ¿Confiarías en que realmente este tipo no busca problemas?
“¿te pasa algo, cariño?” – “no me pasa NADA!!!“
Los resultados presentados originariamente por Albert Mehrabian, profesor emérito de Psicología de la Universidad de California, constatan que:
* El 7% del significado de la comunicación proviene de las palabras
* El 38% es paralingüístico (cómo se dicen esas palabras, esto incluye el tono de voz y otras distinciones)
* El 55% corresponde a las expresiones faciales
Pero es importante considerar las restricciones en las que se obtuvieron estas conclusiones:
* Mensajes incongruentes (lo que se dice va en contra de lo que se expresa con la comunicación no verbal)
* Acerca de sentimientos o actitudes (comunicación emocional)
* Las cifras surgen de la combinación de dos estudios independientes
* En los estudios originales sólo intervinieron mujeres (no se consideraron hombres)
* Para el lenguaje no verbal, sólo se consideró la expresión facial. No se consideraron otras formas de lenguaje corporal como la postura.
Es decir, los datos son significativos pero se pueden malinterpretar sacándolos de contexto.
Las limitaciones de los datos originales han sido revisadas en posteriores estudios (es lo que tiene la ciencia, que va calibrando y refinando el conjunto de sus conocimientos). Estudios más recientes acerca de la dominancia sugieren que el lenguaje no verbal, especialmente la postura, tiene 4,3 veces más importancia que las palabras comunicadas.
Es decir, no existe tanta diferencia como el mito sugiere, pero sí existe una considerable predominancia de la importancia del lenguaje no verbal.
¿Qué podemos aprender de este mito?
A las personas nos es mucho más difícil controlar nuestro lenguaje corporal que nuestras palabras. Así que cuando salta tu intuición y detecta que algo no cuadra, tiende a hacerle más caso a la comunicación no verbal.
Se puede aprender a leer con precisión la comunicación no verbal. Existen numerosos libros al respecto: mi recomendación es El Cuerpo Habla del ex-agente del FBI Joe Navarro. Otra opción válida es el clasicazo: El Lenguaje del Cuerpo de Allan y Barbara Pease.
A la hora de desarrollar nuestras habilidades interpersonales es de gran utilidad aprender a transmitir un mensaje coherente, en todos los canales: nuestro contenido, nuestro tono de voz y nuestro lenguaje corporal.
Para una comunicación efectiva es vital la congruencia de nuestro mensaje
Por ejemplo si estamos hablando en público, el entusiasmo y la pasión que pongamos por nuestro contenido se lo transmitiremos a nuestra audiencia: en igualdad de condiciones el público acogerá mejor a un ponente energético y motivado.
Para las ventas también es crítica la congruencia. Si no confiamos en nuestro producto, si no transmitimos que creemos en sus beneficios y que a nuestro cliente le va a ser realmente útil, nos estamos descalificando nosotros mismos casi antes de empezar.
En cambio en la seducción, por sus propias características, puede sernos útil transmitir señales mixtas. Crean misterio y generan atracción. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión 🙂
Mito #3 – La Ley de la Atracción
La Ley de la Atracción es una creencia New Age que se enuncia como:
Lo semejante atrae a lo semejante
Básicamente viene a decir que aquello en lo que piensas, lo atraes. Y que los pensamientos se manifiestan en lo físico.
Este mito es fácilmente desmontable simplemente observando la realidad: cuando alguien desea algo con mucha intensidad, no necesariamente tiene por qué conseguirlo.
Un ejemplo es el del chico que está desesperado por ligar. Probablemente no piense en otra cosa en todo el día más que en chicas. ¿Esto le acerca a ligar con las chicas? ¡NO! Al revés, se lo pone más difícil. A las chicas no les gustan los chicos desesperados. Aquí la Ley de la Atracción no sólo no funciona, sino que funciona al revés. Funciona mucho mejor saber que no hay que estar desesperado.
Otro ejemplo un poco más crudo: en la crisis en la que se encuentra España, muchas personas necesitan dinero prácticamente para sobrevivir. Bien encontrando un trabajo bien descubriendo oportunidades para su negocio. No sería insensato afirmar que ahora mismo en España hay muchas personas deseando ferviertemente conseguir abundancia económica, o cuando menos un trabajo o clientes para su negocio.
¿Pensarlo mucho les ayuda a que los resultados se manifiesten antes?
Lamentablemente no. Porque en mitad de una crisis económica la realidad es que hay menos oportunidades de negocio y menos ofertas de trabajo aceptables.
Sin embargo, determinada gente sí que es capaz de encontrar trabajo o de sacar adelante un negocio (estamos hablando de negocios legítimos, no de politiqueos, nepotismos, y corruptelas varias).
Hay personas que parecen tener facilidad para prosperar – de forma legítima – en momentos difíciles.
Parece ser entonces que no es suficiente con el “si lo deseas fuerte fuerte se hará realidad”. ¿Qué está sucediendo aquí?
¿Qué tiene este mito de realidad?
Pues pese a lo que pueda parecer, parte de la Ley de la Atracción existe en la realidad.
Señoras y señores, les presento al SAR, su Sistema de Activación Reticular:
¿Y esto qués lo que és?
El Sistema de Activación Reticular es una región del cerebro encargada de controlar determinadas funciones como el estado de vigilia o los cambios de ritmos diurnos/noctunos. Pero, especialmente, es el encargado de gestionar la atención.
Sí, ese trocito de cerebro que ves ahí dibujado es la parte biológica de ti que decide a qué prestas atención y a qué no.
Y el SAR funciona a través de tus pensamientos.
¿No te ha pasado nunca que te has comprado un coche de una determinada marca y color, y de repente notas todos los coches de esa misma marca o color por la calle, cuando antes no te llamaban especialmente la atención?
Cuando una chica se queda embarazada de repente empieza a ver un montón de chicas embarazadas por todas partes.
Cuando cortas con tu pareja y la echas de menos no paras de ver parejitas felices por la calle.
Y un emprendedor entrenado, donde otros ven un problema, él ve una oportunidad de negocio.
¿Qué podemos aprender de la realidad de este mito?
Parte de la ley de la atracción funciona.
Me encanta esta frase que resume la realidad de este mito:
Aquello en lo que te enfocas se expande
(La frase es del genial Harv Eker y forma parte de su seminario Intensivo de la Mente Millonaria.)
Es decir: tu cerebro está biológicamente preparado para destacar aquello que cree que te interesa, ¿y cómo sabe si te interesa? Si ocupa tus procesos mentales.
Si piensas habitualmente en algo, tu SAR te avisa cuando ese algo aparece en tu campo de percepción.
Pero:
El SAR es un radar, no una varita mágica
El SAR es un detector de oportunidades.
No te dice qué hacer con ellas. No te facilita el conseguir el resultado deseado. No te materializa esas oportunidades. Eso es trabajo tuyo.
Voltaire dijo: “Suerte es cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y se fusionan”. El SAR ayuda a tu cerebro a detectar las oportunidades. Te da la mitad de la ecuación. Que no es poco. A partir de aquí es cosa tuya.
Y tú, ¿conoces algún otro mito?
¿Se te ocurre algún otro mito del desarrollo personal? ¿Alguna leyenda urbana que tenga una base de realidad?
Si me dejáis un comentario indicándome otros mitos – que no sean magufadas directamente falsables, sino que tengan un punto de verdad escondido – haré una segunda parte de este artículo, y por supuesto referenciaré a la persona que me lo comente.
Y si te gusta este artículo, te agradecería mucho que lo compartieses en las redes sociales.
¡Brindo por tus Éxitos!
Miguel Guzmán
Imágenes: Neurons in the Brain – Soozy – Gray’s Anatomy 690
Está muy bien las explicaciones cognitivas de estas leyes.
No obstante, hay aspectos que creo que se expresan limitadamente. Por ejemplo, respecto a la Ley de la atracción y el chico que está desesperado por ligar. En este caso, la Ley de la Atracción SÍ que funciona.
La ley de la atracción de hecho es en realidad bastante simple de observar. En el caso del joven, lo que expresa hacia fuera es una Necesidad, en este caso por ligar. Y la ley de la atracción, bendita y perfecta ella, le devuelve más de lo que él envía. Es decir: más necesidad de ligar!
Si un joven quisiera utilizar la ley de la atracción en este contexto, se enfocaría en enviar al mundo lo que desea recibir: la sensación de que está recibiendo amor/ligue/lo que desee tener en su vida.
Si a la vida le dices: “cuánto amor recibo, qué abundante me siento!”, la vida, simple ella, te responde “vale, tú mandas!!”.
Obviamente, si tu interior sigue transmitiendo esa necesidad, la ley de la atracción no habla de suplir necesidades, sino de enviarte más de lo que envías.
Si me preguntaras “¿y qué parte de eso se registra en el cerebro?”, yo te respondería simplemente “no lo sé, pero tampoco veo los datos circulando de un satélite a mi teléfono móvil, y sin embargo, ahí aparecen en la pantalla pequeña!”.
Saludos!
es muy interesante es difícil pero no imposible gracias por darnos a conocer tus avances en el mundo que desconocemos y cuan importante es conocer abrazos felicidades