Hubo una época, hará unos 8 años, en la que mi vida estaba saturada. Tenía mucho encima, y me seguía llegando más constantemente. Tenía muchas cosas que hacer, y no sabía cómo hacer para simplificar mi día a día.
Tenía la necesidad de un poco de liberación, y lo sabía.
Cuando empecé a cambiar mis hábitos, desde fumar a empezar a correr para estar más despierto, el hecho de simplificar mi vida estaba cerca de los primeros puestos de mi lista.
La pregunta era ¿cómo conseguirlo? ¿Cómo empezar cuando te enfrentas a una montaña de impedimentos, y otra montaña más de compromisos, y montones de archivos, cartas y emails, entre otra mucha información digital?
La respuesta llegó clara, según empecé: simplemente comienza.
Mantén las cosas sencillas según avanzas, en cada paso del camino.
Dicho esto, encontré complicaciones que hicieron las cosas más difíciles a cada vuelta. Me gustaría ayudarte con algunas de estas aquí, resumidamente, con la esperanza de inspirarte para que empieces con ese proceso de simplificación.
Comienza a Simplificar
¿Cómo has de empezar? Tan sencillamente como sea posible:
- Dedica solo 10 minutos hoy a liberar algún montón acumulado, o despejar una estantería, mesa o mostrador de trabajo.
- Colócalo todo en una sola pila, y empieza con la primera cosa que cojas (no vuelvas a colocar nada de nuevo en la pila).
- Pregúntate a ti mismo: ¿necesito esto realmente? ¿Lo uso con regularidad? ¿Lo quiero? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es “no”, entonces recíclalo, dónalo o dáselo a alguien que pueda quererlo. Ponlo en una caja previamente preparada para este propósito.
- Devuelve a su sitio las cosas que necesitas/usas/quieres, con espacio entre ellas. Este es “su lugar” y deberías ponerlas siempre de vuelta en el mismo sitio.
- Párate a los 10 minutos, continúa mañana durante otros 10 minutos, y así, poco a poco cada vez.
- Si deseas dedicarle más de 10 minutos, adelante, pero asegúrate de no sobrecargarte al principio, o empezarás a pensar que resulta difícil y no querrás continuar.
Sigue Haciéndolo
Una vez hayas echado la pelota a rodar, así es como has de continuar haciéndolo:
- Sigue despejando en pequeñas porciones. Elige un área en la que centrarte cada semana.
- No te preocupes por la perfección. Limítate a hacerlo sencillo. Siempre podrás despejar más después.
- Pon tu caja de donación/reciclaje/regalos en tu contenedor, para deshacerte de ello la próxima vez que salgas. Envía emails a tu familia y amigos para preguntarles si desean esas cosas –a menudo encontrarás un nuevo hogar para estas buenas cosas que ya no usas realmente (como ese equipo de entrenamiento, por ejemplo).
- Si no te puedes decidir con algo, utiliza una “Caja de Tal Vez” (pon en ella las cosas que piensas que puedas necesitar más adelante, márcala con la fecha de hoy, pon una nota de recordatorio en tu calendario para revisarla dentro de 6 meses. Si no las has utilizado en 6 meses, lo más probable es que no las necesites y te puedes deshacer de ellas entonces).
- Consigue ayuda. A veces uno no puede hacerlo solo, pero si consigues que otra persona tome la decisión (un amigo u otro miembro de la familia), ésta suele ser mucho más desapasionada y sin miramientos.
- Disfruta del espacio. Una vez hayas despejado un área, céntrate realmente en lo mucho que adoras este espacio simplificado. Una vez te enganches a esta simplicidad, lo más probable es que desees seguir así.
Despejando Tu Calendario y Vida Digital
Despejar lo físico es solo uno de los tipos de liberación existentes. También puedes simplificar tu día, así como tu vida online.
Unos cuantos consejos sencillos:
- Despejar tu día significa reducir compromisos, y decir “no” a las cosas no esenciales. Así que, antes de nada, elabora una lista de todos tus compromisos.
- Haz una lista de qué es lo más importante para ti (4 ó 5 cosas) y despeja el resto. Di “no” a la gente mediante una llamada de teléfono o email, y libérate de compromisos adquiridos.
- No tengas ningún miramiento a la hora de decir “no” a nuevos compromisos –y a ver las peticiones como nuevos compromisos potenciales. Salvaguarda tu tiempo.
- Despeja tu vida digital paso a paso, al igual que haces con tu vida física. Boletines por email, blogs, redes sociales, ver cosas y lecturas online, foros… etc -¿son esenciales? ¿Puedes liberarte de ellos?
Tratando Con Otros
Tener a otras personas en tu vida (en casa o en el trabajo) puede hacer que simplificar resulte más complicado. Yo tengo mujer y seis hijos, así que sé lo que esto significa.
Algunos consejos:
- Habla con ellos desde el principio, justo cuando estés pensado sobre ello (muéstrales este artículo). No fuerces ninguna decisión de nadie, pero hazles partícipes en los procesos de toma de decisiones.
- Céntrate en los beneficios, el porqué, más que en lo que han de hacer y en por qué lo que están haciendo es equivocado. A la gente no le gusta equivocarse, pero sí los beneficios.
- Lidera dando ejemplo. Muestra cómo puedes despejar tu espacio, y lo ventajoso que esto resulta ser, lo mucho que facilita el encontrar cosas, limpiar y estar más tranquilo en tu día a día.
- Si hubiese resistencias, céntrate en despejar tu espacio. No te frustres con ellos, porque esto lo hará más difícil. En vez de eso, recuerda que tú no eras un despeja-maniaco hasta hace bien poco, así que empatiza.
- No seas tímido a la hora de aprovechar una oportunidad para debatir sobre esta simplificación, y el porqué lo estás haciendo, con actitud positiva. Ser crítico no ayuda, al igual que actuar con aires de superioridad. Ser inspirador ayuda enormemente.
Artículo original: Declutter Your Life por Leo Babauta
Traducción: Luis Bermer
Imagen: Lake Monona por Kyril Negoda
Me ha encantado. Despejar mi vida es algo que llevo necesitando mucho tiempo. Y la parte de los objetos es la que más me ha costado siempre. Quizá por haber dedicado demasiado tiempo para una sola tanda. Probaré este sistema de 10 minutos. Como dice Darren Hardy, la clave del éxito es dar pasos pequeños pero de forma continuada.