Si pudiera decir que tengo un superpoder, yo diría que es que aprendo muy rápidamente.
Más que ninguna otra habilidad, esta ha sido la más valiosa para mí la mayor parte del tiempo. Incluso cuando al principio no se me da especialmente bien algo, normalmente soy capaz de pillarlo y aprenderlo rápido.
Esto viene derivado de hábitos específicos que he desarrollado y que potencian el aprendizaje rápido, y el más importante de estos hábitos es el siguiente:
Comienza con la actitud de alcanzar la maestría.
Cuando quiera que te dispongas a aprender algo nuevo, aproxímate con la expectativa de que, con el tiempo, lo dominarás, sin importar el tiempo que te llevará conseguirlo.
Busca convertirte en un experto. Piensa en ti mismo como un experto en proceso de formación.
Si estás aprendiendo a jugar al golf, piensa en ti mismo como un futuro golfista profesional. Si estás aprendiendo habilidades de liderazgo, imagínate a ti mismo como un futuro líder mundial. Si estás aprendiendo artes marciales, piensa que eres el próximo Bruce Lee.
Ni siquiera importa si no llegas realmente a alcanzar la maestría. Eso no es lo esencial.
La clave está en que focalizándote en la meta de la maestría suprema, agudizarás tu atención presente.
Si imaginas que algún día estarás dirigiendo tu país, pondrás mucha más atención en aprender cómo dirigir y gestionar recursos humanos en proyectos más pequeños.
Cuando empecé a aprender a hablar en público, partí con la expectativa de que en algún momento llegaría a ser uno de los mejores ponentes del mundo, incluso si me llevaba décadas conseguirlo.
Esto me proporcionó un contexto para trabajar realmente duro en lo esencial durante ese año, porque un experto mundial ha de dominar lo esencial de forma impecable.
Otra forma de aplicar esta idea es imaginar que, en algún momento, tendrás que enseñar todo lo que aprendas a alguien. Si esto funciona mejor para ti, perfecto – ¡aplícalo!
Piensa en cómo esta actitud moldeará tus acciones en el momento presente.
Supón que estás a punto de aprender algo totalmente novedoso para ti. Digamos que aprender a jugar al ajedrez. En un primer escenario, imagina que no te importa lo bueno que llegas a ser y que simplemente deseas probar de qué va y lo que te aporta. En un segundo escenario, te ves a ti mismo como un futuro campeón de ajedrez mundial, precipitando en la vergüenza incluso la increíblemente exitosa carrera de Gary Kasparov.
¿Puedes apreciar cómo la segunda actitud agudizará la forma en que aprenderás ajedrez hoy –ahora mismo – incluso si nunca llegas a ser un gran maestro?
¿Qué harás de forma diferente con la segunda actitud que no harías con la primera?
La actitud de maestría te induce a tomar una estrategia de aprendizaje a largo plazo. Entiendes que cualquier error de principiante se magnifica si no lo corriges desde su origen, por lo que te tomas tu tiempo para aprender sobre una base sólida sin fisuras.
Si estás aprendiendo a jugar al golf, dedicas tiempo a perfeccionar tu postura y agarre desde el principio, sabiendo que si intentas progresar en técnicas más avanzadas demasiado pronto, lo único que conseguirás será reforzar malos hábitos.
Una de las razones por las que la gente falla en aprender rápidamente es que no crean una base de conocimiento lo suficientemente sólida. Paralizan sus progresos forzándose a sí mismos a saltarse conceptos que todavía no han dominado.
Si no puedes conseguir un Sobresaliente en aritmética, no deberías pasarte al álgebra – si lo haces te verás bloqueado intentando aprender cálculo.
Domina lo básico primero, no importa cuánto tiempo te lleve.
Gánate tu “Sobresaliente” en cada habilidad básica antes de pasar a habilidades más avanzadas. Esta es la forma más rápida de aprender a largo plazo. Gánate el derecho a graduarte en cada paso de novato a nivel medio y experto.
Ahora, si alguna vez te encuentras bloqueado intentando aprender algo nuevo, y el progreso parece realmente lento, y fuera como si no lo pudieses alcanzar, pregúntate esto:
¿Existe alguna habilidad previa requerida que todavía no hayas dominado?
Casi siempre la respuesta será Sí.
Si por ejemplo estás teniendo problemas para aprender escritura creativa, ¿has dominado ya la gramática, escritura de frases, párrafos, etc?
Vuelve y repasa tus habilidades básicas con tanta frecuencia como sea necesario.
Los mayores expertos en virtualmente cualquier campo invierten montones de tiempo haciendo esto. Los golfistas profesionales golpearán cientos de bolas en el área del drive. Los jugadores de ajedrez practicarán aperturas y escenarios de final de partida una y otra vez. Los jugadores profesionales de fútbol (americano o europeo, escoge el que quieras) realizarán agotadores entrenamientos físicos para mantener sus cuerpos en las condiciones apropiadas. Uno de mis compañeros de Toastmasters a menudo me comenta que la forma óptima de mejorar uno de mis discursos es “Practica x3″, es decir: practica, practica, practica.
Si tuviste una mala educación ya desde pequeño, asume tu responsabilidad como adulto y corrígelo. Vuelve y re-aprende aquello que deberías haber aprendido como niño hasta que alcances la maestría en todo lo básico. Si tus habilidades en lectura, escritura y matemáticas no están al menos al nivel de un Bachiller al terminar el instituto, adelante y consíguelo.
El éxito en muchos retos a menudo llega no aplicando alguna sofisticada nueva técnica, sino por una consistente maestría de lo básico.
No necesitas comprar ninguna novedosa máquina de ejercicios para perder peso si dominas cualquier ejercicio básico. Puedes perder todo el peso que quieras simplemente corriendo o haciendo bicicleta.
Esto funciona también para la gestión de hábitos personales.
Puedes inyectar en tu vida todas las clases de prodigiosa tecnología que quieras para llegar a organizarte mejor, pero eso de poco te servirá si no has dominado la habilidad básica de la auto-disciplina. Envolver a una persona indisciplinada en una nube de tecnología extra lo único que conseguirá como resultado es un mayor caos.
Si alguna vez te pillas a ti mismo pensando que la solución a tus problemas es algo fantasioso y complicado, te reto a que te plantees esta hipótesis: ¿Puedes reducir el problema a una deficiencia en habilidades básicas?
La nueva tecnología solo pondrá lo que ya eres en otra dimensión. Si de base no te organizas, la tecnología lo único que hará será convertir tu barullo en tecno-barullo. Si no sabes cocinar, más cacharros de cocina no serán la solución.
No existen atajos en esto. Cuando quieras aprender algo nuevo, adopta la actitud de maestría en proceso, y después invierte el tiempo que sea preciso en dominar lo esencial. Esto es lo que se necesita para alcanzar éxitos duraderos.
Artículo original: Master The Basics por Steve Pavlina
Gracias por esta aportación.
Me ha ayudado muchísimo a darme cuenta la importancia de aprender primero lo básico y que no importa el tiempo que le dedique.
Eres un gran maestro!!
Muchas gracias.
Muchas gracias Margarita!
El artículo es del gran Steve Pavlina, aunque suscribo todas sus palabras 😉
Me alegra haber publicado este artículo en un momento en el que te ha sido útil.
Un abrazo y hasta pronto!