La mente es algo maravilloso. También es una perfecta mentirosa que constantemente intenta convencernos de que no hagamos cosas que sabemos son buenas para nosotros, y paraliza muchos grandes cambios en nuestras vidas.
Mente cabrona.
He tenido que aprender a observar estas racionalizaciones y excusas con mucha atención, para poder llevar a cabo los cambios que he hecho en mi vida: una dieta más saludable, ejercicio regular, meditación, minimalismo, escribir a diario, vivir sin deudas, dejar de fumar, y demás.
Si no hubiese aprendido estas excusas, y cómo anularlas, nunca hubiese seguido adelante con estos cambios. De hecho, fallé en muchas ocasiones antes del 2005 (cuando empecé a cambiar mi vida), porque estas excusas me tenían controlado por completo.
Déjame mostrarte las cobardes excusas y racionalizaciones de la mente de una vez por todas.
Lo primero, el principio fundamental: la mente quiere comodidad, y le asusta la incomodidad y el cambio. La mente está acostumbrada a su caparazón de comodidad, y en cualquier momento que intentamos sacarla de esta zona de confort, lejos o por mucho tiempo, intenta regresar desesperadamente al mismo. A cualquier precio, incluyendo la salud y felicidad a largo plazo.
OK, con esto presente, echemos un vistazo a sus excusas:
- No puedo hacerlo. Parece demasiado difícil, así que pensamos que no podremos realizar el cambio. No creemos en nosotros mismos. Esto puede anularse pensando en el hecho de que muchas otras personas, no más capacitadas que nosotros, lo han conseguido. Por ejemplo, Oprah corrió una maratón un poco antes de que yo empezara a entrenar para mi primera de ellas, así que me dije a mí mismo “Si Oprah puede hacerlo, ¡yo también! Y estaba en lo cierto.
- Él/ella puede hacerlo, pero no es mi caso. Solo porque alguien pueda hacerlo, no significa que nosotros vayamos a poder ¿verdad? — puede que él pueda ser minimalista porque no tiene niños, o es un freelance en lugar de tener un trabajo de 9 a 5. Puede que ella esté en forma, más en forma que yo, y por eso ella puede correr una maratón. O puede que ella no tenga todas estas obligaciones que yo tengo, o cuente con un marido que la apoye, o no tenga una salud precaria. OK, bien, es fácil encontrar excusas: pero fíjate en toda esas personas que han tenido dificultades mayores que las tuyas y que lo han conseguido. Yo tengo 6 hijos y aún así luché por cambiar un montón de cosas en mi vida. Escucha las historias de personas con enfermedades o discapacidades que superaron sus obstáculos para alcanzar logros maravillosos. Tus dificultades pueden superarse.
- Necesito mi___. Rellena el hueco: necesito mi café, mi queso, mi soda, mis programas de TV, mi coche, mi colección de zapatos… estas son cosas sobre las que nos convencemos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin ellas, así que no podemos hacer un cambio como volverse vegano o comer más saludablemente o desescolarizar a nuestros hijos o vivir sin coche. Yo me creé estas excusas, pero todas resultaron ser falsas. No necesitaba nada de eso. Las únicas cosas que realmente necesitas son alimentos básicos, agua, ropa, refugio y a otras personas para ciertas necesidades sociales. Todo lo demás no es una necesidad real.
- La vida está para disfrutarla. Por supuesto, estoy de acuerdo con esta afirmación (como la mayoría de nosotros lo está), pero el problema es que esto se usa para justificar toda clase de comportamientos perjudiciales. Zampémonos estos Doritos y Donuts, porque ¡hey!, la vida está para disfrutarla ¿verdad? No. Lo puedes hacer sin comida basura y aún así disfrutar de la vida, si aprendes a ver que casi cualquier actividad es disfrutable.
- Necesito comodidad. Esto podría ser verdad, pero siempre podemos ponernos en situaciones más incómodas de las que queremos creer. Podemos pasar un poco más de frío, en lugar de necesitar estar a una temperatura perfectamente confortable. Podemos hacer ejercicio duro, en lugar de necesitar echarnos en el sofá. Podemos escribir eso sobre lo que hemos estado procrastinando – puede ser difícil, pero podemos superarlo. Cuando nuestras mentes buscan comodidad, no las dejemos seguir por ahí – empújala un poco más allá de la zona de confort, y empieza a sentirte bien con un poco de incomodidad.
- No sé cómo hacerlo. Esto también es verdad, pero puedes aprender. Empieza con un poco cada vez, y aprende cómo gestionar este nuevo cambio. Haz algo de investigación online. Mira vídeos. Pregunta a gente online sobre cómo hacerlo. Es fácilmente superable con un poco de esfuerzo y práctica. De hecho, si lo haces ahora, y aprendes un poco cada vez, entonces serás capaz de hacerlo hasta el final sin esta molesta excusa.
- Lo puedo hacer más tarde. Claro, siempre puedes hacerlo más tarde… pero tu yo de más tarde se sentirá también igual. ¿Por qué habría de ser tu yo de más tarde más disciplinado que tu yo del ahora mismo? De hecho, como te estás permitiendo a ti mismo dejarlo pasar ahora, estás creándote un hábito de procrastinación y en realidad será menos probable que tu yo futuro sea más disciplinado. En lugar de eso, hazlo ahora mismo, a menos que haya algo más importante que necesites hacer… no te dejes a ti mismo pasar solamente porque no te apetezca hacerlo.
- Por una vez no pasa nada. Esta es muy tentadora, porque es cierta en parte – por una vez no pasará nada. Asumiendo, claro, que sea solo una vez. Un mordisco a ese pastel de chocolate, un entrenamiento perdido, procrastinar una vez en lugar de escribir. Desafortunadamente, en realidad nunca es una sola vez. Una vez significa que tu cerebro sabe ahora que puede escaparse con esta excusa, y la próxima “una vez” llevará a otra, hasta que no te aferres realmente a algo. Créate esta regla: “Nunca más creer en la excusa de “una vez””. Yo lo hice con el hábito de fumar (“Nunca Un Solo Puff Más”) y funcionó. Si estás a punto de permitirte un mordisco o dos de pastel de chocolate, decide de antemano e intégralo en tu plan (“Me permitiré a mí mismo un puñado de dulces una vez por fin de semana”) y cíñete a este plan, en vez de decidirlo sobre la marcha, cuando tu resistencia esté baja.
- No me apetece. Vale, cierto. No te apetece trabajar duro. ¿Y a quién? Dejando que la norma “Lo haré cuando me apetezca” rija tu vida, significará que nunca escribirás ese libro, nunca fundarás ese negocio, nunca crearás nada grande, nunca tendrás hábitos saludables. Trázate un plan que sea factible, y ejecútalo. Cuando racionalizaciones como ésta aparezcan, no te las creas. Todo el mundo es capaz de hacer un entrenamiento duro incluso cuando no se está con ánimos. Todo el mundo puede superar sus resistencias internas.
- Estoy cansado. Sip, yo también. Y aún así ya hice hoy mi duro programa de sentadillas. Cierto es que necesitamos descansar, y hacerlo cuando lo necesites (escucha tu cuerpo), pero normalmente suele ser el murmullo de la mente intentando escaquearse de algo incómodo. Existe una diferencia entre estar exhausto y necesitar algo de descanso, y estar un poco cansado es algo que todos sentimos cada tarde. Supera esto último.
- Me merezco una pausa/recompensa. Todos nos merecemos ese sabroso dulce, o un día de descanso. No estoy diciendo que no te des a ti mismo esa recompensa o descanso. Pero si haces de esta racionalización tu norma, te pasarás la vida en ese descanso. Te estarás siempre dando recompensas a ti mismo, y nunca te ceñirás al plan original. En lugar de eso, esto es lo que yo hago: considero ceñirme a mi plan como la recompensa en sí misma. El proceso no es la cosa que tengo que soportar para conseguir una recompensa – el proceso es la recompensa.
- ¿No estaría bien parar? Esta es una vez más nuestra mente queriendo escaparse de la incomodidad, y de acuerdo, es cierto – estaría bien pararse si has estado en zona de disconfort durante mucho tiempo. El asunto es que, decir que sería mejor parar, porque estaría bien… es mentira. Sería más fácil parar, pero a menudo lo que es mejor es seguir esforzándose. Esta excusa casi me vence cuando intenté correr mi ultramaratón de 50 millas el último diciembre, porque honestamente hubiese estado mucho mejor parar y no acabar la carrera, especialmente en las últimas 10 millas o así. Pero persistí, y descubrí que soy más duro de lo que pensaba.
- El resultado que persigues no es tan importante. Si estás intentando correr una maratón, es como decir “no es tan importante que termine esto”. Yo he utilizado esta excusa para aprender idiomas (no importa que aprenda esto) o programar o montones de cosas que quería aprender. La he empleado a la hora de escribir, de hacer ejercicio y de alimentarme saludablemente. Y aunque el resultado pudiera no ser tan importante, la verdad es que el proceso sí que es muy importante. Si te ciñes a un proceso que será bueno para ti en el largo plazo, entonces te encontrarás mucho mejor. Pero si te dejas ir solo porque estás incómodo y en este momento te preocupas más por tu comodidad que por la meta que te programaste, tendrás un montón de problemas. La meta no es importante, pero aprender a comprometerte con las cosas cuando estás incómodo es extremadamente importante.
- Me asusta. Ahora, la excusa más honesta – la mayoría de nosotros no quiere admitir que nos asusta dedicarnos a algo difícil. Pero también es una sibilina forma de escaparse de la incomodidad – simplemente porque te asuste no significa que no puedas hacer algo. Puedes. He hecho toneladas de cosas que me asustaban – la mayoría creando cosas en las que me preocupaba fallar. Y aunque el motivo del miedo a veces puede hacerse real – yo no lo hice demasiado bien en ocasiones – el hecho de seguir perseverando a pesar del miedo fue increíblemente importante y aprendí un montón en cada ocasión.
He utilizado todas estas excusas cientos de veces cada una, así que no pienses que las he superado todas. Y puede que tú también las emplees también en el futuro. No pasa nada por equivocarse a veces.
La clave es aprender cuando son ciertas, y analizar tu patrón. Aquí tienes lo que yo he hecho:
- Sé consciente de la excusa. Tendrá más fuerza sobre ti si actúa sin tu consciencia de ella.
- Intenta tener una respuesta preparada de antemano – anticípate a ella.
- Si te rindes, está bien, pero reconoce que te estás rindiendo ante una débil excusa. Sé consciente de lo que estás haciendo.
- Tras rendirte, observa cuáles son los resultados. ¿Eres más feliz? ¿Es tu vida mejor? ¿Mereció la pena rendirse ante la incomodidad?
- Aprende de estos resultados. Si perseveraste y estás contento con ello, recuérdalo. Si pusiste excusas, y no te gustaron los resultados, recuérdalo también.
Si practicas conscientemente este proceso, te volverás mejor a la hora de reconocer y no creerte estas mentiras. Y después, ¡bam! Tendrás a tu mente trabajando para ti en lugar de contra ti.
Artículo original: The Lies Your Mind Tells You to Prevent Life Changes por Leo Babauta
Traducción: Luis Bermer
Imágenes: Blind Girl por Anemone123, Tres en Raya Amor por Pixel2013
Hola Leo!
Hola Miguel!
Me ha gustado mucho este post porque es muy claro y te hace consciente de la cantidad de excusas que nos ponemos para seguir sin pasar a la acción.
Es tremendamente importante conocer cómo funciona nuestra menta para ponerla a nuestro favor, yo lo intento cada día, no siempre con el mismo éxito claro.
Gracias por volver a recordarme todo esto.
Un abrazo
Hola Tania!
Muchas gracias por tu comentario. La mente es muy potente pero cuando toma “atajos” nos genera distorsiones, y estas muchas veces nos llevan por caminos que no son los más útiles para nosotros.
Mientras mejor conoces el funcionamiento de tu mente más fácil es ponerla a jugar en tu favor.
Un fuerte abrazo, hasta pronto!
Es la verdad, perdemos demasiado tiempo en autoconvencerse de la maldad del mundo y de las circunstancias que nos rodean, en lugar de darnos el poder y la voluntad de enfrentarnos a ellas. El problema es que a mucha gente le falla la persistencia, la capacidad de sufrimiento realizando cosas que te son ajenas por mucho tiempo para conseguir cambiarse.al menor contratiempo, se desaniman y se echan para atrás, pensando este camino no es bueno no me ha dado un éxito rápido y absoluto. En lugar de buscar el éxito en el viaje.
Es decir, siempreva a haber contratiempos, pq los asocias a lo nuevo, y no a que simplemente todavía debes depurarte más para que consigas resultados… así mucha gente se retira pq quiere éxito, rápido y cómodo. Y eso no existe salvo en las pelis. Trabajarse a uno mismo, cambiar tus raíces interiores y externas es un trabajo continuo en el tiempo que en determinados momentos se dispara cuando se dan las condiciones que lo favorecen,pero mientras lo vas criando y alimentando.
Es como lo de que ahora se buscan rollos y follar rápido con muchos,muchas en lugar de tratar de trabajar las relaciones y cultivarlas.
Pues la mayor relación que hay es la de uno consigo mismo, pq te tratas como un rollo de una noche cuando podrías tenerte de pareja para toda la vida?
Es cierto, la mente es muy poderosa, el problema es que mal utilizada hace que ese poder nos perjudique negativamente, así que a aprender a conocerla para utilizarla positivamente, hay trabajo que hacer.
Exacto Ana,
Tenemos que poner a nuestro cerebro a trabajar a nuestro favor.
Un saludo!
B.noche me llamo Jesus.
Soy seguidor tuyo Miguel.
El articulo es muy interesante,como siempre.
Gracias por vuestra ayuda.
Un saludo.
Muchas gracias por tu comentario Jesús, me alegra que te haya gustado.
Un saludo,